Un método muy exitoso utilizado para demonizar a los jóvenes en la música (ocultista) contemporánea. Es bien sabido que todos los chamanes -ya sea que vivan en África, Asia o Siberia- que establecen contacto con los ángeles caídos, y también todos los satanistas que viven en países “civilizados”, hacen uso de bailes especiales durante los ritos de sacrificio o al convocar a los malos espíritus. La música, los ritmos y las vibraciones de esos bailes mágicos proporcionan a los demonios fácil acceso a la persona, “enganchan” a la persona en la energía satánica, por así decir. El comportamiento de los jóvenes durante los conciertos de rock y, más importante, muy claramente después de los conciertos, muestra el papel importante que juega la música rock en la demonización del individuo. Muchos investigadores señalan que todos los tipos de música rock por los que los jóvenes se vuelven tan locos, están basados en ritmos de chamanes africanos: satanistas.